miércoles, 30 de noviembre de 2011

GOLONDRINA, LA ESPANTAPÁJAROS.

Termina noviembre.- Al terminar este mes, he querido hacer un homenaje a un símbolo de los campos. El Espantapájaros, un personaje en forma de cruz, como un mártir a punto de extinguirse. Amigos, es que los pájaros, como los niños, cada día son más listos.
Relato.- ¡Qúe encantadora se ve la noche desde aquí arriba! Todo es diminuto y efímero. Desaparecen al instante las partículas de polvo, las luces intermitentes de los aviones, la estrella fugaz que se había escapado de su grupo, hasta los pájaros más noctámbulos hace rato decidieron retirarse. Hoy me toca guardia, y quiero contarte cosas, mi fiel amo y amigo. Sé que me echas de menos, pero no te apenes, estoy bien después del susto.
¿Recuerdas con la ilusión que formaste mi cuerpo? Encontraste dos palos que me sirvieron de piernas y los uniste, -no sé cómo- a un pequeño almohadón. Los brazos fueron varios alambres gruesos traspasando el relleno de la almohada. Cómo sudabas, pero lo conseguiste. Hiciste una bola con guata redonda, grande y consistente y la forraste con un plástico parecido al celofán, donde pegaste dos óvalos pequeños con fieltro azul figurando los ojos, y una curva roja y sonriente que casi nunca se puso seria, labios de fresa te parecieron al terminar. Sí, sí, eso me dijiste, -acuérdate. No viste entonces un espantapájaros al uso, sino más bien una muchacha gordezuela y sonrosada. Ni corto ni perezoso buscaste una tela de lunares, medio escondida en el mueble de la caseta, y una camisa tuya verde de nylon. Con el pelo plateado que no sé de dónde lo sacarías, cortito, porque no daba para más, y un sombrero de paja recién comprado con unas hierbas secas de adorno, era la espantapájaros más guapa y auténtica del lugar. Golondrina me pusiste de nombre. No sé porqué. ¡Pobre de mí! ¿Cómo asustaría yo a los pájaros, teniendo ese nombre, , nada menos que Golondrina, y además siendo chica? Así pasó. Todos se hicieron mis amigos. Ya sabes, donde hay confianza da asco, hasta se cagaban encima de mi falda de vuelo. Era la envidia de los agricultores del entorno. Olivos, higueras, paraisos y perales, se esparcían caprichosos por las hectáreas de tu huerta. Era una preciosidad y yo me sentía dichosa y tranquila en medio de la naturaleza. No puedo decir lo mismo de los tomates, lechugas y zanahorias. Mis amigas, las aves, picoteaban y se comían todas las semillas, sustento exquisito de sus hijos, impacientes en los nidos de las arizónicas. Por desgracia, tú lo sabes bien, aquella mañana fue nefasta para los dos. Al hacerse de noche entraron a la finca unos gamberros, más bien vándalos. Te quitaron la caja grande de herramientas y esparcieron por la habitación de la caseta todos los sellos que coleccionabas con mimo desde hacía años. Lo más sorprendente fueron las fechorías en el jardín. Los cuatro mozalbetes que bebían a morro de una botella de alcohol, cogieron tu cortacésped nuevo, tirándolo al fondo del pozo, y se reían al ver la silueta de las estrellas reflejarse en la hoja de filo brillante. Luego, la emprendieron con las amapolas y margaritas del rincón. Al final, mi buen amo, ya sabes lo que tramaron. Con una especie de cuchillo jamonero que sacaron de su funda, como si desenvainaran una espada, el más indeseable se puso cerca de mí y me cortó la cabeza que quedó toda deformada en una mezcla de plástico, guata, trozos de pelo sintético y dos ojos de fieltro desviados. Estoy segura que sufriste mucho al verme, pero la vida continúa.
La huerta y el hortelano siguen allí. Acelgas altas bailan al son del aireque llega del sur. Los trigos se mecen rubios y esbeltos con el abrigo cálido de los frutales repletos de flores lilas. Esta noche le toca hacer guardia a la luna llena, con esa cara gordezuela y sonrosada. Mira nostálgica la bella escena de la huerta con sus ojos azules de óvalo. La curva de su roja boca de fresa se agranda todavía más.
TORNASOL.

HISTORIA DEL HAIKÚ.

RINCÓN DEL HAIKÚ.- Un haikú es un poema breve de aproximadamente diecisiete sílabas y tres versos 5-7-5, sin título ni rima en japonés, abundan los sustantivos, es de expresión sencilla y concisa. El término Haikú no es demasíado antiguo, pues el primero en emplearlo es Shiki en el Siglo XIX. El poema suele tratar de la naturaleza, de un acontecimiento a menudo trivial que llama la atención del poeta, el cual lo espiritualiza. Algunos llevan impregnados un sentimiento de estación: primavera, verano, otoño, invierno y Año Nuevo, concepto con connotaciones propias en la tradición nipona.
TORNASOL
.
Piñas y almendras
Asoman en el cesto
Llegan las Pascuas.


La puesta de sol,
unos copos de nieve
Es Año Nuevo.

Tornasol.

lunes, 28 de noviembre de 2011

ULISES, James Joyces, Algunas Figuras Retóricas.

ALGUNAS FIGURAS RETORICAS DEL CUARTO CAPITULO:
-Pág.123(Edit. Lumen/Tusquest):
”-¡Mkñau!.
-Ah estás ahí-dijo el señor Bloom, apartándose del fuego.

La gata bajó de la mesa, maullando. Igual que como anda por mi mesa de escribir. Prr. Ráscame la cabeza. Prr.”

Figura retórica de dicción, Onomatopeya.

-Pág.124:”El observó las oscuras estrías de las pupilas estrechándose de avidez hasta que los ojos fueron unas piedras verdes.”

Imagen.

-Pág.124:”El observó cómo le brillaban los bigotes como cables en la débil luz, al inclinarse tres vees a lamer con ligereza.”

Comparación o Símil.

-Pág.125:”Los párpados se le bajaron suavemente muchas veces mientras andaba en feliz tibieza.”

Cinestesia.

-Pág.125:”La camioneta del pan de Boland entregando en bandejas el nuestro de cada día, pero ella prefiere las hogazas de ayer, tostadas por los dos lados crujientes cortezas calientes. Te hace sentirte joven. En algún sitio, por el este: ponerse en marcha al amanecer, viajar dando la vuelta por delante del sol, robarle un día de marcha. Seguir así para siempre, sin envejecer nunca un día, técnicamente. Caminando  a lo largo de una plaza, en un país extraño, llegar a las puertas de una ciudad, un centinela, también un veterano, los grandes bigotes del viejo Tweedy apoyándose en una especie de larga jabalina.”

Figura retórica de pensamiento, Digresión.

-Pág.126:”Una madre observa desde la puerta. Llama a casa a sus niños en su oscuro idioma.”

Cinestesia.

-Pág.126:”Cabeza calva sobre la persiana. Listo viejo loco. Inútil trabajárselo para un anuncio. Sin embargo, él conoce mejor su negocio. Ahí está, por supuesto, mi valiente Larry, apoyado en mangas de camisa contra el cajón de azúcar, observando al dependiente con mandil que friega con escobón y cubo.”

Retrato.

-Pág.127: “Y luego, míralos ahí, florecen como si fueran unos Adam Findlaters o unos Dam Tallons.”

Antonomasia.

-Pág.128:”El señor Bloom señaló rápidamente. Alcanzarla y andar detrás de ella si iba despacio, detrás de sus jamones en movimiento. Agradable de ver primera cosa por la mañana. Date prisa, maldita sea. Aprovechar la ocasión mientras dura. Ella se quedó quieta a la puerta de la tienda al salir al sol y luego derivó perezosamente a la derecha. El lanzó un suspiro por la nariz: ellas nunca comprenden. Manos cortadas de la sosa. Uñas de los pies con costras también. Escapularios pardos en jirones, defendiéndola por delante y por detrás.”

Prosopografía.

-Pág.128:”Una chispa de afanoso fuego de ojos zorrunos la dio las gracias.”

Metáfora zoomórfica.

 -Pág.129:”Largos días tranquilos.: podar madurar.”

Epíteto tópico.

-Pág.129:”Un gris horror le quemó la carne.”

Cinestesia.

-Pág.132:”El libro, caído, despatarrado contra la panza del orinal con greca anaranjada.”

Catacresis.

-Pág.133:”La perezosa leche devanaba espirales cuajadas por su té.”

Cinestesia.

-Pág.133:”Se encajó el libro de mala manera en un bolsillo interior, y, golpeándose los dedos de los pies contra la coda rota, salió deprisa hacia el olor, por las escaleras abajo, con piernas de cigüeña asustada.”

Metáfora zoomórfica.

-Pág.135:”Un suave espasmo de pena le bajó corriendo por el espinazo, aumentando.”

Metáfora antropomórfica.

-De Isabel Simón,"Textos Rescatados"

jueves, 24 de noviembre de 2011

"FOTOGRAFÍAS" en Vivir adrede.

     Dedicado a Awrora por llevar a cabo su afición tan  "firme", todo con el texto y permiso de Benedetti, -desde el sitio privilegiado donde van los genios-, extraído de Vivir adrede.   "FOTOGRAFÍAS.-  Las fotografías del antaño lejano y del antaño cercano, nos miran y no se cansan de mirarnos, siempre con la misma pregunta: ¿Y qué pasó después? A veces les respondemos, pero la respuesta no les llega. Están aislados, inmóviles, sordos los pobres. Hay fotos que nos dejan amor, afectos, lealtades, simpatías, y no las podemos olvidar. Otras, que nos dejan odios, enconos, fobias, desdenes; tampoco las podemos olvidar. A las primeras las encuadramos, A las segundas, las archivamos con otros desperdicios.
          Hay  poses  de familia que son una síntesis de tiempo, pero también hay instantáneas que son apenas el pellizco de un pasado minúsculo. También nosotros, móviles y vivientes, vamos de a poco metiéndonos en fotos, y en ellas (por ahora) nos miramos a nosotros mismos. Pero los habitantes del 2008  o el 2009 mirarán nuestros rostros fotografiados y desde ellos les preguntaremos: "¿Qué pasó después?" Qué cosa, ¿no?"

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Un Vieja Escuela en el Ajenjo

La tarde nos trajo alguna que otra sorpresa, una lluvia milagro limpiando la nube tóxica de Madrid, a la rebelde Tornasol, las prisas fotográficas de Auwrora, y sobretodo una maravillosa conversación acerca de las verdades y las mentiras de los escritores, la experienca de Hispaniola con El Manantial, la Rand rondándonos con sus heroes de piedra. Wolff y su Vieja Escuela, los personajes, los plagios, los concursos, esa colilla que uno recoge del suelo procurando que nadie lo vea, rima o libre albedrío en los versos. China, estoy de acuerdo, lo que no me cuenten en trescientas páginas ya no me lo cuentan, con permiso de Joyce. Vieja Escuela es una joya para los que escribimos. Me alegro de que a Hispaniola le entusiasmara.
La próxima tertulia será entre las fotografías de Auwrora, Siria y la India, los rostros más bellos del mundo, enhorabuena por tu exposición. Y va la tercera...

lunes, 21 de noviembre de 2011

Los Haikus de Amapola

Cubren los campos
pálidos crisantemos
viene la muerte.


                                                                                                 
Pasó el invierno
                                                                                                 
promesa renovada 
                                                                                                  
 viene la vida.

 
 Suelto el cabello
destilaron envidia
sauces llorones
                                                           
                                                                    




-De Rosario Martínez, miembro de Relatopía.
Gracias, AMAPOLA

miércoles, 16 de noviembre de 2011

HAIKÚS.

     Mis primeros HAIKÚS:

                                   Asan castañas
                                   graciosas castañeras
                                   del crudo enero

            La bruma borra
            las noches y los días
            de tu recuerdo.

                                   En un instante
                                   se aproximan los tordos
                                   llegan al guindo. 


 TORNASOL, 16,noviembre,2011.

MISOMITHUS, Tolkien.

"Llamas árbol a un árbol, sin detenerte a pensar que no era un árbol hasta que alguien le dio ese nombre. Llamas estrella a una estrella, y dices que sólo es una bola de materia describiendo un curso matemático. Pero eso es simplemente cómo lo ves tú. Al nombrar y describir las cosas no estás más que inventando tus propios términos. Y así es cómo el lenguaje es invención de la Realidad, el Mito es invención de la Verdad."

De Tolkien.

sábado, 12 de noviembre de 2011

VIVIR ADREDE.- Apagón

  De Mario Benedetti.- VIVIR ADREDE.  Apagón.- "Hace tres o cuatro noches, en plena tormenta cayó un rayo, una furibunda centella que dejó a toda la ciudad a oscuras. Nadie recuerda un apagón tan absoluto. Ni siquiera veíamos nuestras manos, ni mucho menos las manos de los otros. Quedamos inmóviles y desorientados, ignorando si aquéllo era un cataclismo o simplemente un bostezo de Dios.
          Al menos, en la oscuridad se aprende algo. Particularmente se valora la importancia de la luz, la bienaventuranza del sol, la bendición de la electricidad. La televisión, la computadora, el refrigerador, se llaman a silencio, y todos regresamos a un pasado remoto, no importa si con los ojos abiertos o cerrados.
          El mundo se convierte instantaneamente en nada, pero dentro de esa nada suenan voces. A la voz no la apaga el apagón.Cantamos, gritamos, sollozamos, insultamos al desprolijo destino que nos pone en este trance.
          Por alla suena una oración poco convincente, y por acá un suspiro esperanzado. Casi da lo mismo tocar una piedra que una joya. Un rostro que una máscara. Busco un apetitoso pecho de mujer, y sólo encuentro un fardo, una mole sin nombre.
          Estamos a ciegas, sólo nos queda el tacto. Con él distinguimos: la madera del acero; la porcelana, del vidrio; el tenedor, de la cuchara.
          Vaya, vaya. ¡Se encendió un portátil! La ciudad es nuevamente ciudad. Tu rostro querido otra vez es tu rostro. ¡Que vivan las luces!"

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Olive Kitteridge: Más Personajes.

HENRY KITTERIDGE

Henry ha sido el farmaceútico del pueblo cercano a Crosby muchas décadas. Casado con Olive también muchos años es respetado y reconocido en los alrededores por todo el mundo. Todo el mundo estima y aprecia a Henry. Su amabilidad y su ternura hacen que todos sientan por él verdadera simpatía. Todos menos su propia esposa, a la cual, tanta sensibilidad y consideración, le cargan, le resulta insoportable. Olive, y es que hay que decirlo aunque nos duela como lectores porque nos hemos encariñado de ella, es absolutamente injusta con él en muchas ocasiones. Y el maltrato al que le somete, hasta con ciertos aires de superioridad, es algo visible en muchos puntos de la obra.

Henry aporta a la narración mesura y compasión, y resulta curioso como técnica lo que Strout hace con él, Henry resulta el espejo por el que vemos el secreto más íntimo de Olive, que se descubre ya desde el primer capítulo: Su enamoramiento de Jim O,Casey, oculto para siempre y jamás mencionado a nadie.
Henry conoce de sobra este hecho, de la misma forma que tolera las noches de llanto de Olive. Su misión es acompañarla, es algo que siente, y jamás la decepcionará en este aspecto.

Henry por su parte también tiene el suyo propio, se enamora de la joven ayudante de farmacia Denise. Su visión bastante paternalista de la vida, le impulsa a proteger e intentar ayudar Denise con sus problemas. Pero pasarán los años y él seguirá pensando en ella. No deja de ser  extraño que él mismo confiese en el primer capítulo que si él sigue con Olive es precisamente gracias a esa culpabilidad de lo que sentía por Denise.

Henry sufre un menoscabo muy fuerte en su salud y acaba siendo internado en una residencia. Olive va a visitarlo con frecuencia y procura hablarle como siempre, como si nada hubiera sucedido. La complicidad que sí tienen como amigos se pone de manifiesto a estas alturas de la obra. La lealtad de Olive se pone a prueba pero no le falla.



CHRISTOPHER

Es hijo único de los Kitteridge. Y Strout lo convierte en el tercer vértice de su historia. Como un segundo espejo por el que el lector se guíe y poder conocer a Olive mejor.
Chritopher es podólogo y tras un divorcio traumático se marcha a Nueva York donde finalmente rehace su vida con otra mujer. Es por su huida que ha decepcionado a Olive, ya que Henry y ella habían invertido todo su esfuerzo en construir una casa bonita en el pueblo para él. Con ese primer matrimonio Olive en realidad siente que le han robado a su hijo y que su sueño de convivencia con toda la familia se ha esfumado. Christopher ha crecido bajo la premisa que la misma Olive confiesa que le inculcó “No te fíes jamás de nadie” (relato “Una pequeña alegría”). Es un chico que crece de forma muy solitaria y con muy pocos amigos, aunque más que por lo que Olive desea reconocer como un carácter parecido al suyo, luego descubrimos que supone un trauma para él tanta soledad y tal vez sea por ello que se empareja con una mujer con hijos de otras relaciones y con problemas de afectividad también.
Su relación con su madre se convierte en un desastre y ese es el único talón de Aquiles de nuestra protagonista, ya que ama sobremanera a su hijo. Y la propia Strout deja entre ellos un final abierto, el lector nunca sabrá cómo acaba la historia.

Henry al final decide crear su familia lejos del pueblo donde se crió y del destino que su madre le tenía reservado. Para el lector, resulta un cambio muy interesante, ya que en Crosby vemos un mundo aparentemente estancado (cosa que sabemos que no es así) pero al final es Christopher él único que se marcha harto del pasado.






sábado, 5 de noviembre de 2011

Insoportable Olive, Adorable Olive

Tres son los personajes principales del mundo creado por Strout, Olive Kitteridge, su esposo Henry, y por último su único hijo Christopher. Lo cierto es que a lo largo de los trece relatos que componen la obra, los personajes son numerosísimos, y ahí es donde surge la maestría de la escritora, le basta apenas un relato para desgranar todo un microcosmos dentro de otro microcosmos de cada personaje nuevo que nos va presentando.

OLIVE KITTERIDGE

Olive no sólo es el personaje principal de este mosaico preciosista de relatos. Se convierte en auténtico y sólido motivo estructurador de la obra ya que, bien mencionado de paso, bien actuando como personaje secundario o como una vecina que desfila dentro del microcosmos del personaje que en ese momento se esté narrando, ella aparece en los treces relatos. Así tenemos, de un lado, a Olive como protagonista con su voz propia. Y es curioso, una Olive que oculta muchas cosas. Y de otro lado, el mundo de otros personajes del pueblo que actúan como un espejo para nosotros los lectores, descubrimos muchas cosas de Olive a través de ellos y sus circunstancias, a pesar de que ella no hable.

Olive ha sido la profesora de matemáticas del pueblo de Crosby (Nueva Inglaterra) hasta su jubilación. Por lo tanto es muy conocida en los alrededores pos generaciones enteras. Algunos alumnos le temían, otros no han seguido en absoluto sus consejos, pero creo que no es descabellado decir por el tono que sugiere la obra, que siempre ha sido muy respetada.

Olive es grandona, muy alta y gruesa. Siempre se ha visto como alguien torpe, aunque prueba de la profundidad que la escritora ha tejido para su personaje, no siempre fue así, con esas manos y muñecas tan grandes y anchas como las de un hombre. De joven fue guapa, esbelta, por eso, esta nueva circunstancia, tanto volumen es algo a lo que aún debe acostumbrarse (Relato “Una pequeña Alegría”).

Olive ha sufrido ya un infarto y teme, aunque no lo reconozca, uno nuevo. En realidad siente que le ha sucedido esto por ser un corazón que sufre mucho, “es el alma que se está consumiendo”. Sin embargo, Olive parece de todo menos débil y endeble. Ella aparenta ser una persona decidida, en extremo valiente, con arrojo. Parece ser honesta hasta la brusquedad, más si cabe con su marido. Es irónica, de fuerte carácter. Un especie de mujer-isla, independiente y segura de si misma.

Conforme avanzamos en lectura vamos asimilando las luces y las sombras de este personaje. Olive es enérgica y esa característica la ha hecho levantarse de la adversidad más de una vez, pero también esa misma fuerza a veces la hace ser obstinada, testaruda y algo grosera e insensible con respecto a los demás. Y es precisamente este reflejo tan amplio de una ser humano lo que hace que Strout hay conseguido una narración tan bella e impresionante.

Olive padece el suicidio de su padre y es algo que la sumerge en el dolor mucho tiempo. Pero un dolor silente que nadie parece adivinar a su alrededor. Por eso cuando su único hijo le confiesa que tienes pensamientos algo raros, ella lo lleva enseguida al médico, sufre en profundidad de nuevo ese temor, trata de ayudar a Christopher de forma inmediata. Ella adora a su hijo, él siempre le inspira dos sentimientos básicos, protección y ternura. Aunque con tristeza descubramos en el relato “Seguridad”, que la relación de ambos está llena de silencios y muros que parecen infranqueables. Es ese autoritarismo, ese desprecio y forma de hablar  y de ser brusca con los demás (en concreto a Henry) y creerse superior, lo que su hijo jamás le perdonará. Llegando a decirle que “puedes hacer que la gente se sienta fatal”. De hecho la relación parece romperse de forma definitiva en cuanto éste se niega a ceder en la discusión y finalmente ella regresa a casa.

Tal vez por eso no resulta difícil imaginarnos a esta nueva Olive, odiosa e intransigente, pero sin duda no lo es menos que nosotros mismos en muchas ocasiones, y ése es el valioso detalle que nos deja Strout, añadiendo además el plus de transmitirlo con un estilo sencillo y con un simpleza pasmosa.

Olive es un ejemplo de fortaleza para unos, una persona cómplice que ayuda siempre para otros vecinos, ejemplo de profesionalidad para sus alumnos, y sin embargo de soledad e intolerancia para su núcleo familiar.

Olive lleva casada décadas con Henry, y sabe que jamás le abandonará. Su fidelidad es inquebrantable, y los años no han hecho sino acentuar su mutua dependencia como antídoto a esa soledad y una fraternidad-hermandad ya irrompible. Ellos ya no se aman, pero se quieren, se tienen. El enamoramiento de otras personas es un secreto a voces que ambos sufren y del cual nunca hablarán. Olive se agarra a la vida como mejor puede tras el infarto cerebral que sumerge a Henry en la incomunicación. Encuentra puntos en común con Jack, tan ajeno a su vida en otro momento, y tan distinto a ella. Strout nos ha ido desgranando a Olive, relato tras relato, despacio, enfatizando los matices y las contradicciones. Como una viajera de la vida, como nosotros mismos, ignorando lo que nosotros ignoramos y llorando por las mismas cosas que nosotros podemos llorar. Y por eso nos resulta tan difícil juzgar o posicionarnos ante Olive y ser severos. Y por eso la entendemos cuando los últimos pensamientos que asoman en el libro de ella son “Tenía los ojos cerrados y sintió que su cuerpo cansado era invadido por oleadas de gratitud…y arrepentimiento. Se imaginó la soleada habitación, la pared bañada del sol, el arrayán junto a la ventana. El mundo la desconcertaba. Aún no quería abandonarlo.”

Creo que la profundidad psicológica y emocional de este personaje es de los más profundos que yo haya tenido oportunidad de leer. Un ejemplo para todo el que quiera escribir.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

De Presentaciones e Iniciativas: Festival de la EÑE, Madrid, 2011.

-Por tercera vez (quinta si contamos con las dos ediciones celebradas en Latinoamérica), se celebra en Madrid el Festival de la Eñe. Una oportunidad única para el encuentro entre escritores y lectores, aunque no se resumirá en conferencias o presentaciones, sino que habrá cursos de Literatura y poesía, entrevistas y mucho, mucho diálogo.
El Lugar, Círculo de Bellas Artes, las jornadas serán el 11 y 12 de Noviembre.
Se puede comprar una entrada general para los dos días por anticipado.
Buena suerte, que se nos ocurran muchos versos y novelas.